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Me
gustan los eléboros.
Es
una planta valiente y tímida a la vez.
Surgen
del invierno, aporreadas por el frío, para traer buenas noticias. No hay que
pueda con ellas, ni siquiera una nevada tardía.
Las
flores del eléboro apuntan hacia abajo, como tímidamente. Esta característica,
que sirve para proteger el estigma de la lluvia, hace que se oculten en la masa
de hojas que las cubren. Para algunos, las flores pasan desapercibidas.
Pero
no para mí.
Nada
capta mejor la luz angular de invierno que las flores del eléboro. Cuando las
veo resplandeciendo en la sombra, me hacen pensar en un tesoro escondido, pero
indican algo más auspicioso todavía: la entrada de la primavera.
Les
dejo imágenes de la primavera que llega.
A mi también me encantan los eléboros, tienen unas flores tan delicadas...
ReplyDeleteun abrazo
Un abrazo para ti Margó, gracias.
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