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Me
gusta caminar por la ciudad, sin mucho rumbo.
Así
descubro rincones que confirman que Londres es de dimensiones
humanas, con lugares donde detenerse y departir.
No
lejos se encuentra World’s End Nurseries, una empresa familiar establecida hace
casi cincuenta años. Es un lugar muy fotogénico, repleto de detalles que llaman
la atención.
Es
un vivero pequeño, modesto, pero con mucho carácter. Si les cuento que, al final
de mi visita, dos flamingos desgarbados dirigieron mi atención hacia un techo
transparente, que filtra la luz como un vitraux rudimentario - me dirían que estoy
soñando.
Así
me pareció.
Prueba
que hay magia en lo cotidiano. Es cuestión de aprender a mirar.
Les
dejo imágenes de World’s End Nurseries.
Realmente increible, gracias por hacernos conocer este lugar. Un saludo
ReplyDeleteGracias Raúl, muy amable.
DeleteBuenas madrugadas Fernando
ReplyDelete¿ un vivero modesto?
Como serán los que consideres buenos.........
Un abrazo.