Isabella Plantation, Mayo 2015 (2)

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Hoy regrese a Isabella Plantation.

Fui muy temprano, mucho antes que llegara el público. El único sonido era el cantar de los pájaros y el taladrar de los carpinteros en la madera, en búsqueda de alimento.

Cada vez más notorio es el llamado de parakeets - que no son pájaros nativos, pero han encontrado un hábitat en el oeste de Londres. Se especula que todos, y el número va en aumento, descienden de una pareja de pájaros en cautiverio, que escaparon hace un tiempo.

No es que su ‘canto’ sea muy armonioso, pero la presencia es tan familiar que sin ese sonido de fondo, no sería la misma experiencia.

Me detuve en una laguna a descansar y, sin enterarme mucho, perdí la noción del tiempo. Mi calma fue interrumpida eventualmente, pero pude disfrutar un momento de paz y tranquilidad.

¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo

y sigue la escondida

senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido!

Un no rompido sueño,

un día puro, alegre, libre quiero;

no quiero ver el ceño

vanamente severo

de quien la sangre ensalza o el dinero.

Fray Luis de León (1527-1591)

Un buen jardín - como la naturaleza y el arte en general - puede tener ese efecto, nos humaniza y nos pone en contacto con nosotros mismos, y lo que es más importante, ayuda a realzar lo mejor en cada uno.

Les dejo imágenes de esta mañana en Isabella Plantation.